.

.

Importante2

Las chicas buenas van al cielo…pero solas

Las chicas buenas van al cielo…



…pero solas, porque los hombres prefieren quedarse con las malas. Las mujeres oportunistas, caprichosas, dominadoras, vengativas, manipuladoras, mentirosas y desconsideradas serán criticadas y demonizadas, pero siempre se quedarán con los mejores varones
Según estudios recientes, el 20% de las mujeres en el mundo son manipuladoras en el terreno de la sexualidad. Son aquellas que no aceptan un "no" por respuesta. Y su vida íntima es más un acto de venganza que de amor.

No sólo ejercen la sexualidad bajo las sábanas, sino también fuera de ellas, y por supuesto, ponen las condiciones y usan la intimidad como una forma de extorsión.

Generalmente, llevan las riendas de la pareja, ya sea en forma manifiesta o solapada.

A veces, exhiben actitudes típicamente masculinas; otras, la van de tontas y sumisas, pero manipulan a su antojo al hombre haciéndole creer que el poder lo tiene él. Son astutas y saben usarlos en todo sentido, en general, sin que ellos no lo noten. Y en muchos casos, aún a conciencia, el varón participa gustoso del juego de "trapo de piso".

Cuando son infieles, pueden ser mas cínicas que los varones, y llegar a extremos inimaginables de deslealtad. Y conocen muy bien las debilidades masculinas: saben que si lo abandonan por otro, su hombre hará lo imposible por reconquistarlas, aunque lo hayan pisoteado como a una cucaracha. Porque no hay nada que deje más herido, derrotado y enamorado a un hombre que la certeza de haber sido reemplazado por otro. Y no importa cuánto lo haya humillado el engaño, siempre intentará recuperar lo perdido, en nombre de su honor de macho (¡el pobre…!)

Obvio que esa clase de varones le caben como anillo al dedo a las mujeres malas. Algunos dicen, incluso, que las merecen. Porque, como dice otro proverbio, "se necesitan dos para el tango". El hombre que gusta de las mujeres malas es, cuanto menos, responsable de su condición y de su elección.

Las mujeres malas no aman, sólo se sirven del otro, por eso nada más les importa su bienestar. Se sienten bien con aquellos hombres que no las contradicen, que aceptan todas sus condiciones y que, incluso, les tienen miedo. Y por eso nunca sufren por amor. Eso lo dejan para los hombres que mueren por ellas.

Casi no hay duda: aunque no lo reconozcan ni por orden de un juez, ellos prefieren a las mujeres malas. La gran pregunta es: ¿son tontos los varones que las eligen, o las tontas somos aquellas que las miramos estupefactas, pero morimos de envidia porque a ellas nunca les rompen el corazón?



por María Isabel Sánchez del blog de infobae.com

Importante