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Infidelidad con permiso

Actualmente la infidelidad es más común de lo que se cree y es casi 'normal' encontrarse con personas que lo han sido alguna vez en su vida, lo que hace creer que el amor incondicional comenzó a desaparecer.

Diariamente, todos estamos sometidos a diversos estímulos que pueden tentar a caer en el juego. El asunto es, en qué minuto dar el paso y, qué se pierde al darlo. Pero, ¿qué pasaría si se te permitiese ser infiel?

Suena a locura, pero existen quienes creen que eso ayuda a afianzar la pareja y a evitar que ésta se vaya de su lado. Sin embargo, ¿sirve una compañía en ese contexto?

El sexólogo José Jaime Martínez explica: "Hay parejas que acuerdan que, sí se vale tener otras experiencias sexuales con otras personas y por lo tanto se dan el permiso de vivirlo, en estos casos no podemos hablar de infidelidad, ya que la infidelidad se basa en el engaño, en ocultar, en mentir, pero si es un acto acordado no existe este concepto; tal es el caso de las parejas swingers".

Infidelidad explícita e implícita

"No creo en la infidelidad 'con permiso'". De todas maneras creo que es importante hacer una distinción. Una cosa es "permitir" que tu pareja se meta con otro, cuando uno sabe que lo están engañando y se hace el gil, y otra es explícitamente autorizarlo. Lo primero muchas veces tiene que ver con factores externos, como los hijos u otras situaciones que hacen difícil encarar la situación, y existe por lo tanto una autorización implícita. Evidentemente, eso no es viable a largo plazo.

El otro caso, la autorización explícita para ser infiel, creo que tampoco es viable. Primero, porque me parece que el sólo hecho de permitirle al otro estar con un tercero ya está reflejando alguna anomalía en la relación. Puede que durante un periodo sea bien tolerado, pero creo que no puede sustentarse, y lo que haya subyacente a ese "permiso" en algún minuto aflora.

Por otro lado, existe una buena probabilidad que tu pareja termine enganchando con el otro (o con cualquiera de LOS otros), lo que significa que en algún minuto también va a desencadenar en crisis", dice Esteban de 33 años.

Como él, muchos hombres sancionan la infidelidad, pero por sobre todo cuando es ella la que la comete. Pero, ¿qué pasa cuando es a él al que se le permite ser infiel o, mejor dicho, estar íntimamente con otra persona?

"Tampoco creo que sea viable, porque los hombres no podríamos andar jactándose de tener muchas chicas estando casado así tan a vox populi. Es más, la infidelidad tiene ese sabor ardiente precisamente porque es prohibido", señala Exber, de 35.

No sólo cosa de hombres

Cuando no se cubren todas las necesidades dentro de la relación, dice el sexólogo clínico y experto en hipnosis, José Jaime Martínez, "se puede presentar una relación extramarital, en muchos de los momentos como una 'salida falsa' al problema, ya que en vez de enfrentarlo, se evade con una persona que 'aparentemente' cubre esa necesidad o expectativa que se tenía, lo cual se puede presentar en cualquiera de los dos miembros de la pareja, no como antes se creía, que el hombre era el infiel, ahora es por igual con las mujeres.

Así que podemos afirmar que el 'poner los cuernos' no sólo es cosa de hombres, sino también de las mujeres". Ahora bien, el especialista concluye que "la infidelidad no sucede espontáneamente, siempre hay motivos que la provocan".

A este respecto el sexólogo Roberto Rosenzvaig, ha analizado profundamente esta tendencia sexual que, si bien tiene su boom en otros países, en el nuestro también existe.

Al respecto, dice: "Es más que evidente que los cambios acelerados que afectan a las parejas tradicionales, hacen dudar de que hoy exista un modelo único y definido de relación. Dos generaciones atrás una pareja era sinónimo de unión marital heterosexual, legal y religiosa comprometida en un acuerdo de fidelidad, y se entendía como un primer escalón necesario hacia la familia; a un lado quedaban, casi marginalmente, los que sólo convivían".

"Desde la mitad del siglo XX en adelante, algunas cosas han cambiado, principalmente se afirma la idea de que no existe un solo y adecuado modo al que las personas deban ajustarse para estar juntos. Gran parte de la responsabilidad lo tienen los cambios en las relaciones de género, que del sometimiento explícito ha rotado a formas más igualitarias en los vínculos", explica.

El experto agrega que "la mujer sumisa, dependiente y dispuesta a aceptar con resignación la multiplicidad sexual masculina ya no se sostiene como el rol deseado. Desde mediados del siglo XX en adelante comenzaron a aparecer nuevas modalidades de acuerdo".

En ese sentido los fiestas Swinger, donde se comparte a la pareja o se hacen tríos se torna cada vez más común, generando un espacio desconocido, que a algunos les resulta excitante, mientras que a otros una aberración. De cualquier forma, la "infidelidad" con permiso se ha hecho común no como una forma de relación paralela sino como "deslices" conversados y admitidos con la pareja estable. ¿Los resultados? Cada cuál los puede evaluar.

Karen Uribarri Guzmán
Copyright Terra Networks S.A.

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